Reciclaje de abrasivos dentro de un sistema de contención

07/10/2025

CHARLIE LANGE, EDITOR JEFE

Al realizar la limpieza con chorro abrasivo en una estructura de acero, una de las principales decisiones que debe tomar el contratista es si emplear abrasivos reciclables en la obra. Como en la mayoría de estas decisiones, la respuesta definitiva depende de muchos más factores que el simple coste.

Los abrasivos desechables están diseñados para un solo uso e incluyen principalmente escorias, vidrio triturado y arena de sílice. Estos abrasivos suelen ser más económicos que sus homólogos reciclables y ofrecen mayor flexibilidad en cuanto a equipos de granallado compatibles, ya que no requieren un sistema de vacío ni de recuperación para su reciclaje.

Por el contrario, los abrasivos reciclables pueden recogerse, limpiarse y reintroducirse en el sistema de granallado para su reutilización. Los principales tipos de abrasivos reciclables incluyen, granalla de acero, microesferas de vidrio, óxido de aluminio y minerales naturales como el granate y la estaurolita.

De estos abrasivos reciclables, los de acero más duro tienden a mantener su tamaño y forma al aplicarse sobre una superficie y pueden reciclarse en su forma actual hasta cientos de ciclos. Por otro lado, los materiales reciclables más blandos pierden parte de su masa y forma, por lo que, para cumplir con los requisitos de perfil, no se debe reciclar en exceso. A menudo, estos abrasivos reciclables se mezclan con abrasivos nuevos para garantizar tasas de limpieza y un perfil de superficie satisfactorios.

Si bien los abrasivos desechables pueden usarse tanto en escenarios de granallado abierto como en contención, si se eligen abrasivos reciclables para el granallado, el siguiente paso será la instalación de un sistema de contención y recolección. A diferencia de la simple elección del tipo de material, este tipo de configuración implica diversos factores y una inversión considerable en equipo. En el artículo “Abrasivos desechables y reciclables: ventajas y desventajas”, Ken Trimber, de KTA-Tator, Inc., señala tres razones principales por las que se requiere un sistema de contención bien ventilado al utilizar abrasivos reciclables en un proyecto de granallado. Dos de ellas se relacionan con la protección del entorno exterior. En primer lugar, es fundamental evitar que las emisiones y los residuos del granallado contaminen las propiedades circundantes. También es importante evitar las antiestéticas manchas de óxido en las superficies circundantes causadas por las partículas finas que escapan del confinamiento.

Sin embargo, lo más importante en este debate es que los granalladores deben minimizar la pérdida de abrasivo para optimizar el número de reciclados. Si el abrasivo usado escapa del confinamiento, no solo representa una amenaza para el medio ambiente exterior, sino que no se recolectará ni reutilizará, y se desperdiciará mientras aún sea utilizable.

Trimber menciona la eliminación de pintura con plomo como un escenario ideal para el uso de un sistema de reciclaje de abrasivos y destaca la eficacia del sistema de contención como indicador general de la seguridad en el lugar de trabajo. Si el sistema logra capturar eficazmente todos los abrasivos usados, el polvo y otros subproductos del granallado, hipotéticamente también se capturan los residuos de pintura con plomo, manteniendo así segura la zona fuera del confinamiento.

Además de la simple construcción del sistema de contención, el reciclaje de abrasivos implica el uso de diversos equipos de reciclaje, como cintas transportadoras, sistemas de vacío y separadores, que clasifican, limpian y devuelven los abrasivos usados al sistema mientras eliminan los residuos.

La limpieza de los abrasivos reciclados es una preocupación fundamental, ya que los abrasivos pueden contaminarse con suciedad, aceite, grasa y otros contaminantes presentes en la superficie. La limpieza con disolventes para eliminar estos contaminantes antes de comenzar el granallado es la mejor manera de garantizar que los abrasivos reciclados se mantengan lo suficientemente limpios para su reutilización. SSPC ofrece la norma SSPC-AB 2, “Limpieza de abrasivos metálicos ferrosos reciclados”, que guía a los granalladores en las pruebas de limpieza del abrasivo usado para obtener una respuesta clara y objetiva sobre su reutilización.

Algunos de estos equipos son compactos y se montan sobre plataformas móviles y remolques; otros son grandes, pesados y prácticamente fijos. Por lo tanto, la ubicación del trabajo suele influir en la decisión de emplear o no un sistema de reciclaje. Los trabajos grandes y remotos pueden presentar condiciones que hacen inviable la construcción de un sistema de contención. Los trabajos en taller, los trabajos que emplean una cabina o cabina de granallado, o los trabajos más pequeños donde se puede construir un sistema de contención in situ sin necesidad de moverlo ni ajustarlo durante el trabajo, generalmente son más adecuados para los procesos de reciclaje.

Como se mencionó, la compra de equipos de reciclaje y la construcción de un sistema de contención adecuado conllevan altos costos, y el mantenimiento de dicho sistema en campo para garantizar su máximo rendimiento es una tarea en sí misma. Sin embargo, un sistema de reciclaje que funcione correctamente permite a los granalladores reutilizar los abrasivos hasta cientos de ciclos, lo que genera un ahorro en la compra total de materiales abrasivos. En definitiva, los contratistas deben determinar por sí mismos si la inversión en un sistema de reciclaje de abrasivos justifica la inversión.

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